Tuesday, June 26, 2012

BOLIVAR TAMBIÉN RECUERDA A MAXI Y DARÍO




Es costumbre asociar elementos numéricos para el ejercicio de nuestra memoria histórica, para acercarnos, así sea por mera curiosidad o por el más alto anhelo de reivindicación, a aquellos sucesos que marcan de rojo a nuestra mayúscula América, tal como le gustaba denominarla el “Che”, quien no escapa de dicho ejercicio. Tan sólo 10 años de aquella masacre, de aquel robo, de aquella expropiación de dos vidas al servicio de las causas nobles y populares, plebeyas y revolucionarias. Tan sólo 10 años, de aquellas abruptas partidas a no se dónde, ni tampoco es lo importante saber donde van esas vidas que desaparecen por orden del poder, por el sólo hecho de reclamar lo justo, de enfrentarse a un poder ilegitimo y ser parte de aquellos compañeros y compañeras que desean ser imprescindibles para llevar a la práctica aquel poema de Bertolt Brecht.

Lo importante es comprender que la decisión de su partida no responde a un acto voluntario de dos compañeros que dijeron basta, que se cansaron del andar rengueado en este mundo que se encuentra patas arriba y que gira siempre hacia la derecha. Un leve giro hacia la izquierda desata las peores fuerzas oscuras, descienden los gorilas de sus academias de la muerte y se instala un horrendo silencio que vence el sonido de las armas que nublaron los sueños de libertad de Maxi y Darío. No le dispararon únicamente a dos compañeros, le dispararon a la historia de nuestra mayúscula América, le imprimieron a nuestra trágica historia letras de sangre con olor a olla popular, a reclamos de los pobres, a trabajo cotidiano por construir hoy la sociedad que se quiere. Esas nuevas páginas que se han agregado al continuo libro de nuestra historia reflejan que la pólvora de aquellos hombres que han viajado desde el “viejo mundo” para traer “progreso” a nuestras tierras no se ha borrado, sino que han sido otros quienes han tomados aquellas armas y ahora no sólo disparan contra los pueblos originarios, todavía lo siguen haciendo, sino contra los pueblos que claman dignidad y no esperan sentados a que un mesías regrese a la tierra para sembrarla de paz y justicia.

Meses antes que nuestros compañeros, Maxi y Darío, caigan en combate contra el sistema explotador, expresado en la figura de lo más repulsivo que ha tenido la sociedad argentina como representante político: Eduardo Duhalde; Latinoamérica estallaba. La policía asesina, representante de los intereses oligárquicos dependientes de las decisiones del “Caliban” hablando en boca de Rubén Darío, comenzaba a apuntar los cañones contra los vientos de cambio en las tierras ubicadas a las puertas del gran mar Caribe.
Un  Abril de movilización popular recreaba la gesta independentista robada por las guerras intestinas, por la traición de los “santanderes”, por el capricho imperialista del sojuzgamiento, de las cadenas que se niegan a quebrarse contra el filo de un pueblo que quiere conquistar aquella libertad acariciada, más no sostenida, por Bolívar. Todo 11 de Abril tiene su 13, un 13 cargado de color negro, de cerros que descienden en busca de rescatar su dignidad, de masas de obreros y campesinos que sienten una voz interior, como la que sentía Sócrates, la cual le dice: “Ve y enfréntate al enemigo, no seas cobarde, para cobarde están los que mandan a disparar, porque no tienen los huevos para hacerlo, porque prefieren utilizar la obediencia de sus aparatos represivos que seguir el ejemplo de los nuevos sujetos que hacen escena en el teatro de las transformaciones sociales.”  

El golpe de Estado fue quebrado, sus actores principales escaparon y otros fueron perdonados por un personaje que prefirió calmar las aguas antes de ver más sangre derramada, cosa que no logro entender y que muchos compañeros y compañeras aún reclaman. La Revolución Bolivariana rompe esquemas, enfada a aquellos intelectuales colonizados que exigen que se practique el dogma, que se nombren sujetos abstractos, que se impongan modelos foráneos, que no se pruebe la originalidad propia de una tierra que ha parido guerreros y enfrentado la barbarie imperialista. Sí… Sarmiento se equivocó, lo bárbaro es aquello que neutraliza las fuerzas creadoras, que trae de afuera sus manufacturas y se lleva nuestros recursos, que esparce empréstitos y después exige su pago a fuerza de golpes de Estado, que no vacila en quitar el pan a un recién nacido, ni tampoco la sonrisa a un abuelo. Pero hoy podemos hablar de algo diferente, podemos escribir la historia de un rojo no sangriento, sino de un rojo que trae consigo las mejores experiencias, todas son mejores, de todos los rincones de nuestra mayúscula América para decir basta a tan trágica historia.

El Socialismo del siglo XXI o del “Buen Vivir” es expresión de justicia frente a un doble crimen, el de Maxi y Darío, porque por más que se “pudrieran” en la cárcel como presos comunes los actores intelectuales y materiales, si las injusticias por las que lucharon nuestros compañeros siguen presentes, entonces no habrá una justicia completa. Por tal motivo, las fuerzas bolivarianas que expresan la segunda y definitiva independencia, que quieren cortar de raíz las cadenas que nos atan al imperialismo y las oligarquías entreguistas, son en definitiva el mejor homenaje, no el único, que podemos hacerle a Maxi y Darío. Hoy sus cuerpos no están enterrados en la tierra, cumplen la función de una siembra que dará como fruto una América unida, una América con justicia social, una América sin patrones ni explotadores, una América independiente. Si el compañero presidente Hugo Chávez triunfa en las próximas elecciones del 7 de Octubre y da su mensaje de victoria en el balcón del pueblo, junto a él estarán seguramente Maxi y Darío con sus eternas humildades, dispuestos a continuar simbólicamente por el largo camino que han tomado los pueblos que han decidido ser libres.

Monday, June 11, 2012

DESALOJO EN EL BARRIO BONGIOVANNI




REPRODUCIMOS EL COMUNICADO DE LOS COMPAÑEROS DEL FOL- COB LA BRECHA, con quiénes compartimos una larga trayectoria de luchas y objetivos comunes..


Repudio al accionar de las fuerzas policiales




En el marco del desalojo a vecinos y vecinas del barrio de Bongiovanni, nuestra compañera Carolina fue brutalmente golpeada y detenida por las fuerzas policiales.
Frente a esta situación, denunciamos el accionar de las fuerzas policiales de la Localidad de Moreno, que han golpeado brutalmente a nuestra compañera, privándola de su libertad.
Denunciamos al Sr. Intendente Mariano West, que ha avalado el desalojo sin aviso alguno a lxs vecinxs de la zona, quebrando así las promesas de diálogo para encontrar una solución a todas las familias sin vivienda. 
Denunciamos al Sr. Piero Dato, que dice ser el dueño de las tierras, por sus acciones violentas y amenazantes a lxs vecinxs y a nuestrxs compañerxs del Frente de Organizaciones en Lucha. 
Frente a la necesidad de tierra para vivir, el Municipio responde con violencia, acomodándose a los intereses del Sr. Piero Dato, y enviando a las fuerzas policiales para que actúen con total brutalidad e impunidad.
A estos hechos pedimos la difusión y la solidaridad de todxs.

La vivienda es un derecho de todxs
No a la criminalización de lxs que luchan por una vivienda digna.  
Repudio al accionar de las fuerzas policiales en complicidad y connivencia con el Sr. Piero Dato y las autoridades Municipales.

Wednesday, April 25, 2012

La estatización de YPF - (artículo de R. Astarita)

“YPF recuperada. Patria sí, colonia no”. El cartel, colgado en una avenida muy transitada del sur del Gran Buenos Aires, y firmado por el partido Comunista, resume el entusiasmo que ha despertado en la población, y en amplios sectores de la izquierda, la expropiación de parte del paquete accionario de YPF. Dado que personalmente no comparto este entusiasmo, en lo que sigue presento algunas reflexiones sobre el significado de esta medida. Mi objetivo es, en primer lugar, ubicar la estatización de YPF en tendencias que están operando a nivel mundial, y en su perspectiva histórica. En segundo término, analizar la medida en relación al “modelo K” de crecimiento. En tercer lugar, argumentar por qué no estamos ante la vuelta del estatismo anterior a las privatizaciones del 90. Esta nota se complementa con otras que he escrito sobre el capitalismo de Estado (ver aquí) .
¿Qué es una empresa capitalista de Estado?
El primer punto a señalar es que se ha producido un giro bastante importante en la noción misma de qué se entiende por una empresa capitalista de Estado (en adelante, ECE). Hace algunas décadas atrás el tema parecía claro: una ECE era propiedad del Estado, y la dirigía un directorio nombrado por el Estado. En Argentina, los ejemplos típicos eran YPF, ENTEL, Aerolíneas Argentinas, y similares. Por eso, todavía a fines de los años 1980, cualquier apertura de la propiedad al capital privado era entendida como una “privatización”. Así, por ejemplo, la propuesta de Rodolfo Terragno, ministro del gobierno de Alfonsín, de que YPF, y otras ECE, salieran a bolsa y colocaran el 49% de sus stocks accionarios entre inversores privados, para que el Estado retuviera el 51%, fue considerada, lisa y llanamente, una privatización (y por muchos, una traición a la patria). Hoy, sin embargo, la compra por parte del Estado del 51% de las acciones de YPF parece habilitar para calificarla de “empresa estatal”, y saludar la medida como un acto de liberación nacional. Esto muestra entonces que en la actualidad existen diversos grados de injerencia estatal, y que los límites entre lo privado y estatal, en alguna medida, se han difuminado. Según algunos criterios, son ECE aquellas empresas en las que el Estado tiene un control significativo. La UNCTAD, por ejemplo, considera ECE a las empresas en que el Estado tiene más del 10% del paquete accionario. Por eso, y de acuerdo a este criterio, Sudáfrica tendría más empresas multinacionales estatales que China (54 contra 50), e YPF habría sido una ECE hasta 1999. Otros consideran ECE aquellas empresas que son totalmente propiedad del Estado. Es el criterio que aplica la OCDE para analizar la situación en China. Y otros solo consideran estatales a las empresas en que el Estado es propietario de más del 50% de las acciones. En definitiva, y volviendo a YPF, se la consideraría “estatal” según los criterios actuales, pero no de acuerdo a los parámetros “estatistas” anteriores a los 90. Algo así como que la “patria” que hoy reivindica el PC es una patria “al 51%” (y cotizando en bolsa, dicho sea de paso).
ECE y globalización
La segunda cuestión a analizar se relaciona con la idea que tienen muchos sectores de la izquierda progresista, de que el conflicto fundamental de la época está planteado en términos “Estado versus mercado”, y más precisamente, “Estado nacional versus globalización”. Según este enfoque, la acción del Estado se opone a la voracidad sin límites de los mercados y los capitales privados. Las ECE, en particular las que pertenecen a los países atrasados, pondrían vallas al hambre incesante de ganancias de las compañías transnacionales, que se despliegan a nivel planetario, arrasando con las naciones. Por lo cual la estatización de YPF sería una medida casi revolucionaria.
Pero esto es lo que dice el mito, no lo que sucede. De hecho, las ECE, incluidas las de los países atrasados, son partícipes activas de la globalización. En este terreno no hay contradicción ni enfrentamiento, sino complementación. Según la UNCTAD, en 2010 había unas 650 empresas multinacionales estatales, que poseían 8500 afiliadas externas a lo largo del planeta. A pesar de representar el 1% de las empresas transnacionales, estas grandes empresas fueron responsables por el 11% de las inversiones extranjeras directas. En este universo, las ECE de los países atrasados y de las economías “en transición” tienen un peso significativo: abarcan el 56% de las transnacionales estatales. Esto nos está mostrando que estas ECE se integran perfectamente en la mundialización del mercado. No hay aquí un conflicto de fondo con el mercado y las leyes de la valorización. Las ECE de los países atrasados explotan mano de obra y participan de la extracción de plusvalía en combinación con las empresas privadas, de países adelantados y atrasados, en los más diversos países.
Además, el núcleo de estas ECE está conformado por petroleras. Éstas poseen la mayor parte de las reservas mundiales: las 13 principales petroleras de países tradicionalmente considerados no imperialistas controlan el 75% de las reservas mundiales (The Economist (21/01/12). Exxon Mobil, la más grande de las que son totalmente privadas, ocupa el lugar undécimo. Las compañías estatales de Irán, Arabia Saudita, Venezuela, Kuwait, Rusia, Qatar, Irak, Unión de Emiratos Árabes, Libia, China y Nigeria figuran entre las principales propietarias de las reservas probadas de gas y petróleo. Aramco de Arabia Saudita y NIOC de Irán poseen, cada una, aproximadamente el 10% de las reservas totales. A esto habría que agregar las estatales Pemex, de México, Petrobrás de Brasil y Petronas de Malasia. Estas compañías más o menos rutinariamente hacen tratos con gobiernos y capitalistas locales, con los que acuerdan las condiciones en que realizan sus inversiones. Se trata de relaciones entre Estados y empresas capitalistas, de fuerza desigual, que negocian sus participaciones en la plusvalía generada en el negocio. Las relaciones que establecía Repsol con Argentina no eran cualitativamente distintas de las que establece Petrobrás con Argentina, o con cualquier otro país latinoamericano, o las que pudieran haber establecido los chinos si éstos hubieran terminado comprando Repsol (China habría llegado a un acuerdo con Respsol para comprar YPF, poco antes del anuncio del gobierno K).
En este marco, no hay lugar para que se desarrolle un conflicto “capitalismo mundial – Estado nacional” que pudiera derivar en algún tipo de régimen burocrático estatista (los “socialismos reales”), y menos aún en la aplicación de algún programa de transición al socialismo, con que especulan algunos. No va a haber ruptura de fondo.
La cuestión en perspectiva histórica
Vinculados a la expropiación, por estos días circulan discursos que nos presentan una historia argentina plagada de “patriotas” y “vendepatrias”, según los funcionarios de turno hayan favorecido al capitalismo estatista, o las privatizaciones. En algunos casos habrían sido “entreguistas” en los 90, pero patriotas (o parcialmente patriotas) hoy. Así, incluso Menem, que ahora votará a favor de la expropiación, estaría por redimirse.
La visión que defiendo es un poco distinta a este relato de “eternautas” y villanos. Según mi punto de vista, aquí hubo cambios de orientación que afectaron al conjunto de las clases capitalistas de los países atrasados, y que estuvieron condicionados por circunstancias históricas y sociales. Si bien hay matices y diferencias, a grandes rasgos podemos decir que durante décadas, y hasta la crisis de la industrialización por sustitución de importaciones, el Estado fue considerado una palanca para la acumulación. En los 1980 y 1990 el giro privatista fue generalizado Y ahora estaríamos en una fase en la que se acepta como “normal” la participación de las ECE en la mundialización, pero con diferencias marcadas con respecto a la anterior etapa “estatista”. Aunque con virajes más abruptos, la suerte de YPF tuvo que ver con estos derroteros.
Recordemos que históricamente las empresas estatales cumplieron un rol en la consolidación de capitalismos locales en América Latina y otras regiones del tercer mundo. Es que en estos países el capitalismo privado no estaba en posición de establecer empresas capaces de asumir las inversiones necesarias en infraestructura, energía y similares. De ahí que la clase dominante apelara a las palancas del Estado. Marx decía que en tanto el capitalismo es débil, utiliza las “muletas” del Estado, y que las deja cuando se siente lo suficientemente poderoso. Más en general, y contra lo que dice el relato neoliberal, la realidad es que los mercados nacionales nunca se construyeron espontáneamente. Desde que el capitalismo es capitalismo, siempre hubo participación del Estado en la economía, y esto se aplica a los países atrasados. La vasta red de empresas estatales, y de intervencionismo estatal, al menos en América Latina y en muchos países de Asia, tuvo su razón, histórica y social, en la necesidad de crear condiciones para la acumulación del capital, e impulsarla. Esto explica que en Argentina, por ejemplo, tanto gobiernos conservadores, nacionalistas, como progresistas, hayan promovido empresas como YPF, las telefónicas, los ferrocarriles o la energía nuclear.
Por otra parte, en este largo período, hubo también fases de mayor participación privada. En lo que respecta al petróleo, se pueden señalar los acuerdos de Perón con la Standard Oil, a principios de los 50, luego los contratos petroleros de Frondizi, y más tarde el plan Houston, aplicado por Alfonsín. Lo importante es que estos vaivenes eran la expresión de un problema más profundo, que consistía en que las empresas del Estado, al permanecer relativamente al margen de la “disciplina” que impone la ley del valor, y de la valorización, en muchos casos se descapitalizaban, y terminaron enfrentando crecientes dificultades. La historia de YPF es ilustrativa. Por ejemplo, bajo la dictadura 1976-83 la obligaron a endeudarse (y no para realizar inversiones), y posteriormente le impidieron tomar seguros de cambio. Como resultado, en 1983 YPF estaba fuertemente endeudada. Además, se privatizaron muchos servicios periféricos, lo cual dio pie al negocio de contratistas, que hicieron fortunas a costa de YPF. En otras ocasiones, se dispuso una política de precios ruinosa para la empresa, con el objetivo de “anclar” la inflación. También se la obligaba a comprar a empresas nacionales insumos a un precio muy superior al internacional; era transferencia de plusvalía para grupos locales. En definitiva, el capitalismo estatal no fue un canto a “la defensa de la patria”, como ahora se lo quiere presentar. Dio lugar a muchos negocios, que favorecieron a determinadas fracciones de la clase dominante. Esta situación terminaría por hacer crisis, en Argentina, hacia finales de los 80 y principios de los 90.
Privatizaciones y la ley del mercado
La agravación de los déficits fiscales, el peso de las deudas, el reconocimiento de que muchas empresas estatales estaban tecnológicamente atrasadas, y la circunstancia de que los capitales locales enfrentaban una creciente presión del mercado mundial, generaron las condiciones para el viraje hacia las privatizaciones. En los años 1980 esta presión aumentó con la caída de la URSS y de los “socialismos realmente existentes”. La decadencia de muchas ECE, palpable a fines de los 80, creó el clima para que las privatizaciones fueran aceptadas por la población. YPF, en particular, estaba descapitalizada, tenía baja productividad y ya se había avanzado en su desarticulación.
En esta coyuntura se impuso entonces el “no hay alternativa al mercado”, y se desató la ola de privatizaciones, con el apoyo mayoritario de los capitalismos locales. A mediados de los 90 el Banco Mundial calculaba que se habían privatizado unas 15.000 empresas estatales. Como en otras partes, en Argentina las privatizaciones también tuvieron el beneplácito de prácticamente toda la clase dominante. Había discrepancias en cuanto a las formas (el plan de Terragno y Alfonsín no era el mismo que el de Menem), pero no en contenido. Los capitales exigían que todos los sectores productivos se sometieran a la ley del valor, y las privatizaciones se visualizaban como la vía más rápida y expeditiva para lograrlo. De ahí la ferocidad con que se despidieron trabajadores, se anularon beneficios sociales, se dejaron pueblos enteros en la desolación. Cuando Menem, con el apoyo de los Kirchner, y de tantos “patriotas” de hoy, impulsaba las privatizaciones, estaban respondiendo a intereses de clase bien definidos. Hubo apoyo del Congreso, de cámaras empresarias, de los grandes medios y, por supuesto, de los organismos internacionales. En estas operaciones participaron capitales privados, nacionales y extranjeros, asociados de las más diversas formas. Compraron a precio de liquidación los activos, e hicieron fortunas con su posterior valorización. No hubo una “imposición” colonial para que actuaran de la manera que actuaron. Es hora de terminar con ese cuento, la burguesía argentina y sus gobernantes no son “oprimidos”. Son explotadores, que reclaman lo suyo de la manera que más les conviene en cada coyuntura.
La venta de las acciones de YPF de 1999 también evidencia que las relaciones entre el capital extranjero y el Estado argentino fueron de naturaleza puramente “capitalista”. Y el tema tiene trascendencia, porque de alguna manera estableció, al menos parcialmente, las condiciones que regirían en los 2000. Es que en 1999 el gobierno argentino aceptó que Repsol comprara las acciones de YPF endeudándose. En consecuencia, Repsol estaba casi obligada a tener una política de alta distribución de utilidades, y baja inversión, porque debía pagar a sus acreedores internacionales. Para adquirir la empresa, Repsol ofreció 45 dólares por acción, cuando estaban a 33 dólares. Sin embargo, en ese momento los precios del petróleo estaban deprimidos. De manera que se quedó con YPF por poco dinero (1600 millones de dólares), y la empresa pasó a ser el apéndice de un grupo trasnacional. A su vez, el ingreso de eso dólares le permitió al Estado cubrir el déficit fiscal. Muchos de los que hoy hablan de la estatización de YPF como de un acto de liberación nacional, aplaudieron a rabiar esa venta.
Petróleo y modelo K
Repetidas veces se ha señalado que YPF invirtió poco, con la consecuencia de la baja de la producción y de las reservas; estas últimas cayeron 18% entre 1998 y 2010. El año pasado el país debió importar petróleo y gas por más de 9.000 millones, y en 2012 la cuenta sería más pesada. Esta es la razón por la cual el gobierno terminó optando por la expropiación. Pero la caída de la inversión en petróleo y gas debe inscribirse en la dinámica del “modelo productivo K”. Como hemos señalado en otras notas (aquí; también en Economía política de la dependencia y el subdesarrollo) una característica del “crecimiento sustentado en el tipo de cambio alto” que promovieron los gobiernos K fue la caída relativa de la inversión en infraestructura, y no sólo energética. El caso del transporte ferroviario, que se puso bajo la luz a raíz de la tragedia de Once, es parte del mismo fenómeno (ver aquí). En buena medida la renta agraria y petrolera (y ahora la minera, en crecimiento) no se ha reinvertido en ampliar la matriz productiva. Por diversos canales, una parte ha ido al exterior (los giros de utilidades de Repsol son solo parte del problema); otra se ha canalizado hacia la inversión inmobiliaria; y hacia el gasto corriente del Estado. En este último respecto, las provincias, reciben, en promedio, el 12% de lo facturado por las empresas; y el Estado nacional se hace de otra parte de la renta petrolera, por medio de las retenciones. Globalmente, la diferencia entre el precio internacional del barril y 42 dólares queda en manos del Estado. Cuando desde distintos sectores, tanto de la derecha como de la izquierda, se señalaba que el proceso de acumulación era estructuralmente débil, la respuesta de los K-defensores era que no había por qué preocuparse, ya que estimulando el consumo (y el Estado jugaba un rol en esto), la inversión se daría casi automáticamente. Pero la realidad no confirmó el K-diagnóstico; y no pudo seguir ocultándose.
En el área del petróleo y gas la debilidad de inversión tiene efectos catastróficos. Es que a medida que se agotan los pozos en existencia, es necesario realizar fuertes inversiones en exploración y también, por supuesto, en la puesta en funcionamiento de los yacimientos encontrados. Para desarrollar la producción de Vaca Muerta, en Neuquén (contiene grandes reservas de gas), sería necesaria, según los especialistas, una inversión de unos 5.000 millones de dólares anuales, durante una década. Pero no solo Repsol no invirtió (o invirtió poco), sino tampoco lo hicieron las otras compañías que tienen áreas concesionadas. Después de todo, YPF maneja solo el 34% de la producción, y la caída de las reservas es generalizada. Lo cual indicaría que en todos lados tendió a prevalecer la mecánica de sacar la máxima ganancia con la mínima inversión, cuando no una lógica puramente especulativa. Como se ha señalado repetidas veces, el grupo Petersen entró a YPF, en 2007, comprando primero el 10% de las acciones, y luego otro 15%, prácticamente sin poner un dólar. Simplemente tomó préstamos de un sindicato de bancos, con la promesa de devolverlos con las utilidades que reportaría YPF. Los españoles aceptaron porque en contrapartida el gobierno permitiría subir los precios (cosa que sucedió). Pero entonces Repsol profundizó la política de girar dividendos a sus accionistas. No solo se repartieron todas las utilidades, sino también reservas contables por 850 millones de dólares. En esencia, era la misma operatoria de 1999, cuando Repsol compraba la tenencia accionaria del Estado tomando créditos. Todo esto se hizo con el visto bueno del gobierno nacional. El acuerdo entre Respsol y Petersen fue aprobado por Guillermo Moreno. Los balances de Repsol fueron aceptados por el representante del Estado en el directorio. El movimiento nacional y popular K, a todo esto, se rompía en elogios por la “argentinización” de YPF. Pero se trataba de un vaciamiento, liso y llano. Y fue una operación realizada con el pleno acuerdo de un Estado soberano. Aquí hubo fabulosos negociados de capitalistas de todos los colores y nacionalidades. Un festín de plusvalía que se reparte a dentelladas entre lobos. Luego, y aprovechando su carácter multinacional, Repsol apuró la transferencias de utilidades y, en los últimos tiempos, buscó salir de Argentina definitivamente.
El repaso de las concesiones de explotación que adjudicaron las provincias en los últimos seis años arroja el mismo resultado: hubo una lógica especulativa, casi de saqueo. De las 190 áreas que se concedieron, 87 correspondieron a grupos económicos que no tenían la menor relación con el petróleo (pero sí con el gobierno). Lázaro Baez, Vila y Manzano y Raúl Moneta (Cristóbal López también recibió áreas). Todo indica que estos personajes se metieron en el asunto para obtener ganancias especulativas. Ninguno se preocupó por la inversión productiva. Agreguemos todavía que Enarsa, la empresa estatal creada por los K, posee desde hace años el monopolio de la exploración en el mar argentino. Pero casi no invirtió en ello. Aunque sí se dedicó a importar gas (metiendo al amigo Cirigliano, de paso). A todo esto, en fin, se le llama “el modelo productivo”.
El nuevo escenario, capitalismo de Estado y globalización
Luego de la etapa estatista y de la fiebre privatizadora de los 90, en los últimos años ha tendido a estabilizarse un nuevo capitalismo de Estado que, como vimos, participa activamente en la mundialización. Miles de empresas que antes eran estatales se privatizaron, pero algunas estatales adquirieron dimensiones de gigantes transnacionales, y como tales son aceptadas por el capital en general. Se pueden discutir detalles y aspectos de su funcionamiento, pero prácticamente nadie duda de que son parte integrante del modo de producción capitalista. Organismos como el Banco Mundial hoy reconocen su “aporte”. Lo más significativo, para lo que nos ocupa, es que en su inmensa mayoría se rigen más y más por las leyes de la valorización que le caben a cualquier capital. Esto es, sean estatales o privadas, todas las unidades productivas se sostienen en la explotación del trabajo. Las recomendaciones de la OCDE para el “buen gobierno” de las ECE expresan esta necesidad. Según la OCDE, el Estado no debe interferir en la marcha de la empresa estatal, ni involucrarse en el día a día de su gestión. Debe separar su función en cuanto regulador del mercado, de su rol de propietario, a fin de no “distorsionar la competencia”. Tiene que permitir que los consejos de directorios de las ECE actúen con independencia; el ejercicio de sus derechos de propiedad debe estar claramente identificado. Las ECE deben aceptar auditorías externas y la inspección de los órganos de control estatal específicos. Tienen que disponer esquemas de remuneración que acerque personal de conducción capacitado. El Estado y las ECE deben reconocer los derechos de todos los accionistas, y que éstos reciban un trato igualitario. Es necesaria una política de transparencia e información plena a los accionistas. Los directores deben ser plenamente responsables por el desempeño de las ECE. Y si se admiten representaciones de los trabajadores en los directorios, las mismas deben contribuir a la buena marcha de la empresa.
Las ECE cada vez cumplen más estrechamente con estas pautas. Además, son regidas por directores que se entrenan en las mismas escuelas de negocios que entrenan al personal jerárquico de las privadas. La valorización y los balances son puestos bajo escrutinio de los inversores, que “votan” en las bolsas de valores. Estamos muy lejos del viejo estatismo vinculado a la industrialización por sustitución de importaciones. Los nuevos criterios para definir qué es una ECE, y las ambigüedades que surgen al tratar de establecer los límites entre lo privado y lo estatal, tienen que ver con este giro.
Es en este marco en el que debería analizarse a la “estatizada” YPF y sus perspectivas. Naturalmente, en lo inmediato va a haber fuertes tensiones y disputas por el precio a pagar al grupo español (en el cual también está implicada Pemex). Pero por encima de esto, el gobierno intentará renegociar con el capital internacional.  La propia burguesía argentina lo está pidiendo. El gobierno ya ha solicitado a Petrobrás que aumente su participación en el mercado del 8% actual al 15%, y se apresta a iniciar conversaciones con Exxon, Conoco Phillips y Crevron.
En conclusión, en medio de un clima de exaltación patriótica, es conveniente recordar que por debajo de estos giros subyace la explotación del trabajo. El conflicto no es entre “patria y colonia”, sino entre distintos grupos de explotadores. Lo que negociará el gobierno con Petrobrás, Chevron o Total son las porciones que corresponden a los respectivos explotadores, sean estatales o privados, nacionales o extranjeros. Es la “liberación nacional” de los tiempos que corren. La clase trabajadora y el pueblo no deberían depositar esperanzas en ninguna de estas fracciones. La crítica desde la perspectiva socialista, parece imprescindible. 

FUENTE: http://rolandoastarita.wordpress.com/?s=ypf

Saturday, April 7, 2012

Un Estado Anomico

Nuevamente recorrimos las zonas afectadas, tratando de colaborar con lo que esta a nuestro alcance. Recolectamos firmas para exigir el inmediato restablecimiento de los servicios básicos, colaboramos con la poda y recolección de ramas y arboles para liberar casas y calles y ofrecimos agua.
Frente a este Estado de Caos, hemos observado la ausencia del Estado. Las Delegaciones Zonales no han organizado Centros de Atención en las zonas afectadas y siguen siendo los barrios más pobres los que carecen de servicios. El Ejecutivo local ha decidido justificar su inoperancia culpando a las organizaciones sociales y politicas opositoras de alentar Cortes de Ruta y organizar saqueos y destrozos. Como siempre el hilo se corta por los mas delgado y el macartismo aparece como estrategia de victimización. Este es un recurso utilizado cotidianamente y tuvo su punto cumbre cuando el Ejecutivo municipal culpabilizó al Partido Obrero de organizar la quema de trenes en el año 2009. También el Municipio ha difundido fotos que servicios de inteligencia locales tomaron de los Concejales que estaban acompañando los cortes para  deslegitimar las protestas.Frente a estas acusaciones seguimos expresando nuestra solidaridad con los compañeros que aportan permanentemente a la construcción de un Municipio Democrático.
Las informaciones policiales acerca de saqueos permanentes y estado de enfrentamiento social ha sido desmentida por la realidad. No se observaron más que saqueos aislados en las zonas más afectadas. En los Barrios Pompeya y Lago del Bosque la situación es desesperante, se han organizado ollas populares y reuniones de vecinos ante la falta de comunicación de las autoridades, que pretenden recibir los reclamos en las oficinas centrales sin dirigirse a los barrios.
Seguir acompañando a los damnificados es la tarea que hemos decidido asumir por nuestras convicciones humanas. Sin embargo, sabemos que mientras el Estado siga ausente, las condiciones de urgencia se extreman.


    Chapas que removimos en Merlo Norte

Friday, April 6, 2012

Ante el desastre Natural, una respuesta Represiva...

La magnitud del temporal que azotó a varias Provincias del País tuvo su epicentro en la zona Sur y Oeste del Conurbano Bonaerense. Los Municipios de Merlo, Moreno y Morón se han visto gravemente afectados. Hace ya más de 72 hs. que los pobladores  de Merlo se encuentran sin luz ni agua. La cantidad de muertos todavía es incalculable por la magnitud de los daños.
 Los Compañeros del FPDS Merlo, hemos recorrido las zonas afectadas, conversando con los damnificados y colaborando con las tareas de reconstrucción más urgentes.
Frente a este estado de verdadera calamidad la respuesta  del Municipio fue la represión. Un grupo de vecinos que reclamaban por el restablecimiento de los servicios fue reprimido en Barrio Pompeya, posteriormente se registraron hechos de violencia policial en Lago del Bosque.  La patota Municipal custodió la asamblea por el agua y la luz convocada por los vecinos de Merlo Norte  y sujetos de civil tomaron fotos de los participantes.
Como Frente Popular Darío Santillán- Merlo acompañamos a los vecinos de Merlo Norte y expresamos nuestra solidaridad con los compañeros del FOL-La Brecha que fueron reprimidos por la policía cuando acompañaban la protesta en el Barrio Pompeya. Asimismo repudiamos enérgicamente la política criminal del Intendente de Merlo, Raúl Othacehé, que como es costumbre elige el camino del silencio y la violencia para resolver el conflicto social.
Convocamos a todos y todas a la Plaza de la Estación de Merlo a las 15hs. para hacer oír los reclamos y solicitar la inmediata sanción del Estado de Emergencia en nuestro distrito. Además pedimos la colaboración de quienes puedan transmitir lo que está sucediendo en Merlo  para romper el cerco mediático que rodeó misteriosamente al Distrito durante estos días.

FRENTE POPULAR DARIO SANTILLAN- Merlo   en el Espacio por la Democracia en Merlo 

Aquí los links de los medios que hemos conseguido que difundan la información



Monday, March 19, 2012

Las venas abiertas de nuestra democracia


Nuestra generación militante (y también la que no lo es) esta profundamente marcada por lo sucedido a partir del 24 de marzo de 1976 y que se prolongo a lo largo de siete oscuros y sanguinarios años hasta 1983, momento en que, ya deslegitimada la dictadura militar, los argentinos pudimos volver a las urnas y coronar a un presidente constitucional.

Los 30.000 compañeros asesinados que soñaban con un mundo mejor, sin explotadores ni explotados, sin opresión ni miseria, pagaron con su sangre el precio de enfrentar a toda una caterva de corruptos y asesinos, que hoy día los encuentra acorralados bajo la piel de indefensos ancianos y que enfrentan numerosos casos por crímenes de lesa humanidad.

Ahora bien, enjuiciados y sentenciados algunas de las principales figuras militares, como así también en vías de llevar a los estrados judiciales a los responsables civiles del momento sin duda mas negro de nuestra historia, ¿podemos afirmar que en Argentina existe una plena vigencia y respeto de los derechos humanos?. Veamos.

Si bien hasta el momento se salda una deuda histórica con nuestra memoria al enjuiciar y sentenciar a los militares, no podemos olvidar que posterior a la vuelta de la democracia hubo tremendas vejaciones al pueblo argentino que, pese a no tener la misma metodología que se uso en los 70s, también tuvieron consecuencias severamente trágicas. Ejemplo de esto es la miseria planificada llevada a cabo por los gobiernos de Menem y la Alianza (que es una sofisticación del plan de Videla y cia); la tremenda represión de diciembre de 2001 que dejo como saldo decenas de muertos; los asesinatos en la estación Avellaneda en junio de 2002; las desapariciones de Jorge Julio López y Luciano Arruga; la asesinatos a los Qom, a Mariano Ferreyra, en el Indoamericano, a Cristian Ferreyra del Mocase, y la reciente tragedia en Once con el brutal saldo de 51 muertos, solo para mencionar los mas emblemáticos.

Paradojalmente el gobierno se ha adueñado del mote de defensor de los derechos humanos, siendo que en varios de los acontecimientos arriba mencionados les cabe una gran cuota de responsabilidad. Y aun no siendo suficiente con estas tragedias sobre sus espaldas, se sanciona la ley antiterrorista y se conocen más detalles del proyecto X, los cuales son una verdadera reminiscencia a los años más duros de la dictadura. Sin ánimo de ensañamiento, también es menester dar cuenta del accionar de los famosos barones del conurbano, entre los que se encuentra el intendente de Merlo Raúl Othacehe. Esto es ni más ni menos la metodología de derivar recursos del estado nacional para perseguir, difamar y amedrentar a opositores, sean militantes o no. ¿A que época de la historia argentina les suena?

Si logramos entender que la defensa de los DD.HH no se circunscribe solamente a una etapa de nuestra historia, sino que en cambio debe ser nuestra bandera de ayer, hoy y siempre, seguramente estemos en mejores condiciones para crecer cualitativamente y madurar como sociedad, asi como tambien deshacernos de toda forma de censura. Seguramente también podremos prevenir futuras agresiones y que las violaciones sistemáticas a un derecho vital y esencial tengan el repudio de la mayor parte del pueblo argentino.

Saturday, March 3, 2012

El agotamiento del modelo privatizador

privatización

Por Mariano FélizA 10 años de finalizado el proyecto neoliberal, continuamos sufriendo las consecuencias de un proyecto de país excluyente, ahora a través del kirchnerismo.

Energía, minería y ferrocarriles se yuxtaponen como problemas aparentemente aislados que no son más que el resultado de la continuidad de un patrón de acumulación que sostiene las ganancias empresarias sobre la base del saqueo, la entrega indiscriminada de subsidios y la muerte.
La cesión del uso y explotación de las riquezas hidrocarburíferas a las grandes corporaciones privadas continúa en la etapa. Con la creación de ENARSA en 2005 se pretendió legitimar la profundización del uso privado del subsuelo a través de la cooperación público-privada en la explotación de nuevos campos de petróleo y gas en la nueva frontera que incluye la plataforma continental. Parece que el Gobierno no encuentra ninguna contradicción entre la declamada preocupación por la explotación petrolera en Malvinas (y la potencial contaminación ambiental) y la falta de una política pública que garantice el abastecimiento de combustible, en condiciones medio-ambientales adecuadas y en el marco de una política de sustitución del consumo de hidrocarburos por energías más respetuosas de los equilibros vitales del planeta. El Gobierno no es capaz de ver que el creciente déficit energético tiene sus causas en una matriz de producción y distribución de energía en manos privadas y en la ausencia de una política productiva orientada al ahorro de energía.
¿Cómo entender si no proyectos mineros que son altamente dependientes de la energía eléctrica, hasta el punto de ser los principales demandantes en algunas provincias, hoy llamadas mineras? Proyectos que, por otra parte, son alimentados por una combinación de la voracidad del capital transnacional que destruye el territorio, extrae los recursos minerales estratégicos, sin más motivo que financiar las arcas corruptas de las estructuras políticas de algunos socios conspicuos del Gobierno nacional (como el ex-menemista, ex-duhaldista, futuro ex-kirchnerista Gioja). ¿Quién puede entender que la política minera de saqueo del menemismo que fue prolongada por 30 años por la actual fuerza política en el Gobierno nacional pueda ser parte de un proyecto "nacional y popular"? Más bien parece la réplica de la política de enclaves mineros típica del antiguo imperialismo, hoy vestida de estrategia industrial favorable a nuevos socios imperiales (China y Brasil). ¿Puede el Gobierno seguir aceptando la represión abierta de las protestas anti-mineras, bajo la excusa de la provincialización menemista de las riquezas del subsuelo? ¿No es hora de discutir a fondo la propiedad y el uso de esos recursos?
Finalmente, 9 años de una política de transporte de continuación del modelo neoliberal de gestión nos lleva hoy a la tragedia del 22 de Febrero de 2012 en la estación ferroviaria de Once. Casi una década lleva este gobierno de subsidios indiscriminados a empresas privadas que mantienen el sistema de ferrocarriles en pésimas condiciones. Casi una década de continuación de la política de privatización del sistema de transporte público que hoy produce decenas de muertes y centenas de heridos no por "accidente" sino por negligencia de la empresa (que, obviamente, sólo cuida su negocio) y del Gobierno (Secretaría de Transporte, entes reguladores, la propia Presidenta) que prolongan una propuesta de gestión del transporte de pasajeros (y de cargas, agregaríamos) que es insostenible social, económica y ecológicamente hablando.
Las muertes evitables (el incidente mencionado no fue accidente pues es un resultado lógico, esperable, de una política equivocada) y el saqueo insostenible de las riquezas naturales son caras de un proyecto que sostiene la privatización de los bienes comunes y los servicios públicos, privilegiando el interés de los grandes grupos económicos y las grandes transnacionales.
Es hora de terminar con un modelo de gestión que pone en el capital privado expectativas progresistas y transformadoras, mientras que el Estado lo subsidia. Pero, ante todo, es momento de reformular el modelo de uso de los bienes comunes y de los servicios públicos para sacar el control estratégico de manos de las transnacionales y, superando la mera estatización, entregar el control al conjunto del pueblo trabajador.

Saturday, February 25, 2012

Repudio a las declaraciones del Intendente Raul Othacehe sobre la tragedia de Once



Otra función de cine de terror

"Nunca ví en toda mi vida que un tren eléctrico de orígen japonés no frenara, frenaron siempre, en todas las estaciones, miles de veces, por eso me asombra que esto haya ocurrido". El líder político, sin eufemismos, dijo: "Yo, Raúl Othacehé, intendente de Merlo, no puedo dejar de pensar que hay que investigar a aquellos que alguna vez quemaron trenes, que hicieron descarrilar trenes, que hicieron sabotaje", aludiendo a "esos grupos de izquierda, grupos troskistas que no tienen límite ante la violencia, y que son capaces de cualquier cosa para obtener sus objetivos políticos". El "Vasco" Othacehé manifestó que "no puede descartarse una posibilidad de sabotaje", sentenció.

Raul Othacehe     Merlo GBA 24/02/2012


Frente a las declaraciones  del Intendente de Merlo, Raul Othacehe quién afirmó en el Medio local Merlo GBA, lo antes citado, es que no podemos dejar de mostrar nuestro más  enérgico repudio. No nos sorprende escuchar estas palabras nefastas. Es más, creemos que es de las más viles expresiones de lo que creemos superado en la Argentina, un lenguaje anacrónico que recuerda a  las épocas más oscuras del terrorismo de Estado.  
La tragedia (anunciada), ha demostrado -una vez más- que la elección por los negocios privados entre los funcionarios estatales, la burocracia sindical( la misma que cometió el asesinato de Mariano Ferreyra y fue cómplice de las privatizaciones) y  empresarios mafiosos atenta contra la vida de quienes hacen que este país funcione día a día.
 Como organización política hemos acompañado históricamente los reclamos presentados por los usuarios y las campañas para nacionalizar los ferrocarriles, terminar con las concesiones prebendarías a empresarios inescrupulosos y permitir una mejor accesibilidad de nuestros vecinos, en su mayoría trabajadores y estudiantes, a  la Ciudad de Buenos Aires. Entendemos que los servicios públicos (entre ellos el transporte) son un bien social y que deben estar orientados a satisfacer las necesidades cotidianas de los millones de argentinas y argentinos. Por eso, la disputa es política y se expresa en cómo entendemos  la realidad (con sus problemas y vacíos), y qué proyectos de país existen para modificarla o agudizarla.
Somos parte de una generación que se forjó políticamente al calor de las rebeliones populares del 2001, que se alimentó de las enseñanzas  y valores que nos dejara Darío Santillan cuando frente a situaciones extremas, nos indicó que nosotros somos con otros. El sueño de construir una nueva Argentina sobre esas premisas nos lleva hoy a pertenecer a un colectivo democratizador en el Partido de Merlo: el Espacio por la Democracia. Una palabra que en Merlo aparece vaciada permanentemente por el autoritarismo y la impunidad con las que el partido político gobernante se expresa cotidianamente. Es en ese contexto que entendemos estas declaraciones, que manifiestan a las claras por qué necesitamos reclamar por la democratización de nuestro Municipio y que tiene un similar correlato con algunos hechos anteriores.
El 6 de septiembre de 2008 como relató en su momento Pagina 12, el Gobierno Nacional acuso a José María Escobar, militante del Partido Obrero como jefe de una asociación ilicitica dedicada a sabotear y quemar formaciones en Merlo y Castelar. La información como reconoció el ministro Randazzo fue suministrada por Raúl Othacehe. En ese momento los medios hegemónicos encabezaron una campaña para desprestigiar a José María Escobar y sus compañeros, un modus operandi que en el distrito es característico. Posteriormente, el Ejecutivo Local apoyó la detención ilegitima de Rubén Sobrero y lo acusó de ser uno de los responsables de la quema de trenes durante el 2009. Estas acusaciones no han sido ratificadas por la justicia porque ni siquiera existen pruebas fehacientes que las avalen. Sin dudas el entramado de la impunidad se construye cuando existe una asociación de intereses entre estructuras mafiocráticas.
Nos preocupa mucho que la falsedad de los que efectivamente utilizan métodos coercitivos y violentos para ejercer el control continúe impune.
La solidaridad con las víctimas, la necesidad de terminar con el Estado Neoliberal en la Argentina y la construcción de un proyecto de país para todos y todas es un compromiso que tenemos como herederos de esas revueltas populares. No permitamos que nos roben definitivamente la alegría, está en nuestras manos el futuro de la Patria.

Archivo Pagina 12, Sábado 6 de septiembre de 2008   http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-111097-2008-09-06.html

Un crimen contra el pueblo

La Argentina toda se encuentra conmocionada por la terrible tragedia que el jueves a la mañana sacudió a toda la sociedad. El numero de victimas fatales a hoy ascendió a 51, con la aparición del cuerpo de Lucas Menghini Rey, vecino de Padua del que no se sabia de su paradero tras el siniestro.

Tanto Lucas, como Tatiana Pontiroli, Sofía Florencia Peralta y las decenas de heridos en el accidente provenientes del partido de Merlo, asimismo la totalidad de muertos y heridos, son todas victimas de un modelo plagado de desidia, entrega y corrupción que golpea con toda su fuerza las entrañas del pueblo trabajador.

No solo deben ir a la justicia los responsables de que el tren no este en condiciones de salir (léase consorcio de TBA, no sus trabajadores), sino también los miembros de la clase política que fueron garantía tanto en la entrega como en la vigencia misma de un recurso tan elemental y estratégico para una sociedad como son los transportes.

Ante un sistema ferroviario completamente desguasado desde los noventa y sin la intención al día de hoy de tener una política seria de refundarlo, menos aun de quitarle los tremendos privilegios a los hermanos Cirigliano para que sigan obteniendo fabulosas ganancias con inversión cero, los usuarios y trabajadores del Sarmiento realizaremos varias movilizaciones en los próximos días.

Desde el Frente Popular Darío Santillán, haciéndonos eco del reclamo de una gran parte de la sociedad exigimos, al corto plazo, la renuncia de Juan Pablo Schiavi y la quita de la concesión a TBA. No obstante, es sumamente necesario que se sienten en el banquillo de acusados TODXS los responsables políticos de esta tragedia. Nuestro pueblo no puede ni debe seguir pagando las consecuencias de las políticas entreguistas que siguen con su hilo de continuidad desde los noventa hasta hoy. No cejaremos en el reclamo de una total justicia para este crimen contra el pueblo argentino.

Friday, February 10, 2012

"Soltame municipio"

La represión en Merlo no se toma vacaciones. En los últimos días se conoció una nueva embestida del municipio en contra de las expresiones populares independientes, las cuales son auténticos emergentes del trabajo vecinal autogestionado en los barrios.

Es así que agentes municipales, acompañados de patrulleros, intervinieron en las actividades de murgas en los barrios Pompeya, Cervantes, La Estrella, Loma Grande y Río Alegre, argumentando que las mismas no contaban con permiso municipal (cuando las propias organizaciones ya habían tramitado la notificación), labrándole actas de contravención y diciendo que solo el municipio podía realizar eventos públicos. En casos como el barrio La Estrella llegaron a amenazarlos con reprimir con gases lacrimógenos si no se retiraban.

Recordemos que la intendencia realiza este año “por primera vez” corsos populares, actividad que las murgas barriales con varios años de trayectoria vienen gestando desde hace tiempo, a pulmón y sin mas apoyo que el de su esfuerzo. De esta manera intentan homogeneizar la expresión popular y privar a la gente de los barrios de sus propios proyectos para estas fechas, sin tener en cuenta que gran cantidad de jóvenes se acercan a las murgas para canalizar sus fuerzas en un proyecto colectivo, ante una administración que los excluye sin darle oportunidades y los reprime.

Desde el Frente Popular Darío Santillán, dentro del Espacio por la Democracia en Merlo, repudiamos el accionar municipal y nos solidarizamos con los vecinos que integran las murgas y les comunicamos que cuentan con nosotros para llevar su reclamo por defender la libertad de la genuina expresión popular.